diumenge, 29 de juny del 2008

Con la Constitución nos hemos topado!

Aquesta setmana el parlament basc ha aprovat una proposta del Lehendakari en la que es contempla la celebració d’un referèndum a finals d’any. La Consulta pretén ser el tret de sortida d’un procés dialogat de pau, per una banda, i un primer tanteig de la voluntat sobiranista del poble basc, per l’altra. Problema: el Sr. Ibarretxe no pot convocar referèndums, Constitució dixit, i per tant el projecte és il·legal des del punt de vista procedimental. La qüestió va més enllà. Si el president Basc no pot fer-ho, però sí que pot el rei a proposta del president del Govern prèvia autorització de les Corts, no s’hauria d’haver iniciat l’esmenta’t procés que preveu la llei? Perquè no s’hauria de celebrar tal referèndum? No és legítim que el poble basc es pronunciï a favor o en contra d’un procés d’autodeterminació? És més, el resultat que es pot preveure és una condemna en massa de la violència, via referèndum! Hi ha missatge més clar pels terroristes (culpables de tots els mals) quan tens l’aval clar d’un poble que s’ha pronunciat democràticament? La resposta a aquestes preguntes es probablement afirmativa. Ara bé, Ibarretxe a qui no l’hi falta valentia, peca d’ingenu i de poc oportú. No és el moment ni és la manera. Així aquesta falta d’oportunitat dóna l’argument perfecte als socialistes per dir: “Sr. Lehendakari vostè està actuant per electoralisme”. El procés de pau s’ha de dur a terme de manera dialogada, d’acord, però també conjunta. El govern Basc sol no acabarà amb ETA, el govern espanyol sol (de tots tal com diu el meu amic) tampoc, la policia nacional sola encara menys, el PP posant pals a les rodes des de la bancada de l’oposició tampoc. Hem d’anar junts per acabar amb ETA, tots, llavors podrem començar a parlar d’autodeterminació, referèndums i reformes de la Constitució. Ara per ara l’objectiu és clar, tenir un país en pau on els actes d’uns pocs no deslegitimin les voluntats d’una majoria.


Oriol Vidal-Barraquer Castells

Ibarretxe, año 0

Acerca del plan Ibarretxe
El Presidente del Gobierno Vasco ha presentado esta semana su famosa hoja de ruta en el Parlamento Vasco. Es su propuesta de solución para el terrorismo de ETA violando la legalidad establecida, ya que propone la celebración de un referéndum. También llamado consulta popular, por otro lado barata estrategia lingüística para evitar el vocablo dichoso pero nefasta semánticamente. El Sr. Ibarretxe no puede hacer lo que pretende porque la legalidad vigente, y empezando por la propia Constitución Española, lo impide en varios puntos de su articulado. Y no únicamente por el freno legal, también por el moral y el ético, además del político.
La Legalidad. Corresponde al Rey convocar el referéndum, art 62.c y 92.2 CE. Los autoriza el Congreso i los propone el Presidente del Gobierno, art 92.2 CE. La autorización de convocarlo es competencia exclusiva del Estado, art 149.1.32 CE. Esta es la legalidad vigente que nos rige en materia de referéndums. De vez en cuando tenemos que recordar que la sombra de la Constitución es alargada y corta como un cuchillo.
La Moral y la Ética. El Presidente Ibarretxe se ha alzado como la gran voz del diálogo, el consenso y la paz. Ni él ni nadie individualmente, a pesar de que representen a instituciones, pueden ni deben alzarse como grandes valedores. Esto no es un concurso de florines. Si bien es cierto que alguien debe empezar no es válido que se apropie todo el mérito de haber iniciado el debate de nuevo. A Ibarretxe la legitimidad se le ha escapado por su poca voluntad de diálogo común y por el afán de protagonismo. Si pretende ser aquel que restableció la paz en el País Vasco, que deje de pretender y sea. Ser, no pretender. Hacer, no desear.
La Política. El Presidente Vasco demuestra constantemente que no es ni mucho menos dogmático en cuanto a mantener la mayoría necesaria en el Parlamento. No asume las consecuencias de diversa índole, todas, en las que su hoja de ruta se aprobó. El diálogo siempre debe existir, y se está practicando. Pero el consenso no puede ser una deuda a aquellos que no cumplen las leyes. Si bien ha demostrado no ser dogmático para intentar incluir, sí que ha demostrado serlo para romper la legalidad, para excluir a los vascos que viven en el resto de las Españas, no diré exiliados, y no ceder ni un paso para conseguir un pacto con el Presidente del Gobierno de todos. La falta de voluntad mútua de llegar a ningún puerto común demuestra la capacidad de ceder y de acordar de nuestros dirigentes.
Lo único que pido desde aquí es que expliquen y nos enseñen las cosas claras, tal como son. Que no sigan la lógica del voto y sí que sigan la ideológica. Que nos enseñen como quieren que sea España, la educación, la sanidad, la economía, la investigación... Que dejen de jugar con ciudadanos y que lleven a cargo sus proyectos legales que el tiempo y los ciudadanos del mañana ya lo juzgarán.
Guillem Sánchez Prat